Coaching Familiar

¿Qué es la Disciplina Positiva? ¿Es Una Moda? ¿Funciona?

En muchas ocasiones he escuchado: “la disciplina positiva no funciona, mi hijo no me obedece, le digo que haga algo y hace lo contrario.”

Hay personas que asocian la Disciplina Positiva con la permisividad y la falta de liderazgo, piensan que este tipo de crianza se asocia a la falta de límites, pero nada más lejos de la realidad.

Por eso, quiero empezar con lo que NO es la disciplina positiva:

1. No es ser padres permisivos para que los niños hagan lo que les parece.

2. No es dar pegatinas o premios por hacer lo que se les pide.

3. No es dejar al niño sólo para que piense después de haber tenido un “mal comportamiento”.

4. No es sobreprotegerlo ni hacerles las cosas que pueden hacer por ellos mismos.

5. No es buscar ser padres perfectos.

La disciplina positiva o crianza respetuosa, no es una moda, es una metodología educativa basada en el respeto mutuo, la conexión y las relaciones horizontales con los niños.

Un principio básico de esta teoría radica en el hecho de que todas las personas merecen ser tratadas con dignidad y respeto, incluyendo a los más pequeños.

Y es que, para tener relaciones familiares sanas, debemos basarnos en el respeto; empezando por el respeto a uno mismo, a nuestros sentimientos y necesidades. Pero también el respeto al otro, a su personalidad, a sus sentimientos y sus necesidades.

Cuando descubres las claves de la Disciplina Positiva, tu visión sobre la crianza cambia por completo. Es como si te hubieras cambiado las gafas con las que veías borroso por otras con las que ves nítido.

Jane Nelsen, creadora de la disciplina positiva junto a Lynn Lott, postuló los siguientes criterios para una “disciplina eficaz”:

 • Sé amable y firme al mismo tiempo.

• Ayuda a los niños a sentir una sensación de conexión (pertenencia y significado)

• Es efectivo a largo plazo.

• Enseña importantes habilidades sociales y de vida.

• Invita a los niños a descubrir cuán capaces son. Fomenta el uso constructivo del poder personal y la autonomía.

“El castigo no satisface ninguno de estos criterios.  Todos los métodos de la disciplina positiva lo hacen.  El primer criterio, amabilidad y firmeza al mismo tiempo, es la piedra angular de la disciplina positiva”.

Jane Nelsen

Los niños se comportan como lo que son. Muchas de las conductas que nos incomodan son propias de la infancia o responden a su desarrollo evolutivo, por lo tanto, no van a desaparecer hasta que no maduren y concluya esa etapa.

Educar en positivo requiere de un compromiso contigo misma, en donde empezaras por entenderte a ti y a ellos, en donde pasas por un cambio de mirada, haciendote consciente de ti y del otro, ayudándonos a comprender muchos de los comportamientos de nuestros pequeños.

Hay muchas personas que leen los libros, hacen algun curso y piensan ver los resultados de una vez, sin tener una visión de proceso, sin ver los pequeños cambios.

Todos los padres y madres quieren crear un vínculo seguro y construir una relación basada en la confianza que perdure en el tiempo. Para esto, es necesario intentar comprender y conocer la naturaleza de la infancia para poder acompañar desde el conocimiento. Que no renuncien a su liderazgo, pero aprenden a ser líderes a quienes no hay necesidad de temer. Que no quieren que el miedo forme parte de la ecuación familiar.

RECUERDA “primero conexión y después corrección”.

Iniciarte en la crianza respetuosa es un acto de valentía, en donde empiezas desaprendiendo lo aprendido y cambiando la mirada hacia la infancia, en donde en lugar de centrarnos en tratar de cambiar la conducta de nuestros hijos únicamente, vamos primero a vernos a nosotros mismos: ¿cómo debería tratarle o comportarme con él para que acabe siendo el adulto que quiero que sea?

Y, además, empiezas asumir que no podemos controlar la conducta infantil y que usar la manipulación como una herramienta para que nos obedezcan es un error. Comprometernos con el reto de cuidar de nuestros pequeños y cuidarnos para que la familia pueda crecer en armonía, respeto mutuo y conexión.

La disciplina positiva enseña importantes habilidades sociales y de vida, de manera profundamente respetuosa y alentadora tanto para niños como adultos.

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